LEGE

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domingo, 19 de diciembre de 2010

La Historia de David y Abigail,

Murió Samuel, y se juntó todo Israel, y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Y se levantó David y se fue al desierto de Parán.

Lo primero que encontramos en este relato es la situación del Mesías antes de comenzar su ministerio con una persona: David se queda solo, sin el profeta, igual que Cristo al comenzar su ministerio se queda solo, sin el profeta cuando matan a Juan el Bautista, el que anunciaba Su venida. Entonces acude al desierto, a la búsqueda de la intimidad con el Espíritu Santo.

Y en Maón había un hombre que tenía su hacienda en Carmel, el cual era muy rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y aconteció que estaba esquilando sus ovejas en Carmel.

El hombre rico representa a aquellos que no aceptan la predicación o el consejo de parte de aquellos que envía el Señor. Este hombre rico no es humilde de corazón, pues éste era muy rico. Esta alegoría la podemos aplicar a cualquier persona, pero en especial en este pasaje podemos ver a un pastor insensato, a un líder de religión que piensa que lo que tiene es por sus esfuerzos y no reconoce la obra de Dios. Este tenía tres mil ovejas y mil cabras, estos son los miembros de una congregación a los que despoja de su cobertura mediante el esquilado, y sus pieles se las queda él. Estos ya no pueden hacer uso de la cobertura espiritual que Dios da porque les es quitada por su congregación, para hacerse más fuerte y hacer que ellos dependan de ésta.

Podemos ver representado en este Nabal a cualquier hermano de cualquier iglesia o religión que no acepta que la doctrina que le han dado en su congregación es contraria a Dios, y aunque sea hermano/a, no recibe porque no quiere romper con la tradición, pero se pierden la verdad.

También son las ovejas y demás, las bendiciones materiales, la prosperidad que da Dios, la cual un hombre o mujer rica, no reconocen como de parte de Dios. Desde luego que hay que trabajar tanto en lo espiritual como en lo material para obtener beneficios, pero es Dios el que nos prospera, ya que algo tan simple como una enfermedad nos puede dejar improductivos. Aquellos que no temen al Señor y no reconocen su mano en sus bendiciones, les serán quitadas; no obstante nada hemos de llevarnos de aquí a la eternidad, todo es del Señor.

Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb. Y oyó David en el desierto que Nabal esquilaba sus ovejas.

El hombre es Nabal que es insensato, pero su alma que conoce al Señor es hermosa y de buen entendimiento, tiene la capacidad de recibir a Dios y esta es nuestra semejanza con Dios, esa capacidad, un don de Dios.

Entonces envió David diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel e id a Nabal, y saludadle en mi nombre, y decidle así: Sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes.

El Señor Jesús, aquí representado por David, envía discípulos a visitar a Nabal, cualquier hombre o mujer, para ver si Le recibe, si recibe Su palabra, si reconoce Su palabra aunque venga de mensajeros desconocidos, y para ver si ama a su prójimo, si comparte las bendiciones que Dios da con aquellos que vienen a Nabal. O para ver si reconoce la obra espiritual como obra de Dios en el caso de un líder espiritual o pastor. Y al igual que Jesús nos enseña sobre la paz, así instruye David a sus enviados:

He sabido que tienes esquiladores. Ahora, tus pastores han estado con nosotros; no les tratamos mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que han estado en Carmel. Pregunta a tus criados, y ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus ojos, porque hemos venido en buen día; te ruego que es lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David. Cuando llegaron los jóvenes enviados por David, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron. Y Nabal respondió a los jóvenes enviados por David, y dijo: ¿Quién es David, y quién es el hijo de Isaí? Muchos siervos hay hoy que huyen de sus señores.

Los esquiladores y los pastores son los miembros de una congregación a los que los hijos de Dios y seguidores de Cristo reciben bien. Pero Nabal contesta que muchos predicadores hay por el mundo, y para que voy yo a reconocer la obra de Dios en aquellos que no son reconocidos como de una gran institución religiosa denominacional, si yo ya soy miembro de una gran iglesia o religión con todo el reconocimiento, o tengo mi propia concepción de la vida y la moral. No aceptaré compartir la Palabra de Dios con los que usa el Señor, si no traen la bendición de los líderes de la religión, de la tradición o son de mi misma opinión. La necedad del soberbio.

¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?

¿He de dar yo de mi pan, mi agua y la carne: mi propio evangelio o la doctrina de mi religión, el agua de la que bebo y por la que siempre tengo sed porque no es agua viva, pero es la que me han enseñado en la tradición, y he de dar también mi carne, mi hombre viejo, he de cambiar y aborrecer mi vida ante el evangelio de Cristo? Esto es lo que doy a mis esquiladores, mis colaboradores que me han ayudado en mi vida, o en la obra de fe personal y han sacado la cobertura a mis beneficios para que yo los use. Dice el hombre insensato, ¿Lo que tengo me lo ha dado la suma de la tradición y de todo el esfuerzo, y lo que tengo espiritual es fruto de mi cultura, cómo voy a entregarlo todo, quedarme sin nada y reconocer que lo que me traen ahora es el verdadero mensaje de Dios, y empezar de nuevo, morir a mi hombre viejo, nacer de nuevo y aborrecer hasta mi propia vida por amor a Cristo?

Pues sí, este es el mensaje de aquellos enviados por Cristo a visitar a los Nabales. Este es el planteamiento que nos hace el Evangelio de Cristo, pero a aquellos que lo aceptan les espera la gran bendición de Dios, los que ya lo han recibido dan cada día testimonio de ello por el mundo.

Y los jóvenes que había enviado David se volvieron por su camino, y vinieron y dijeron a David todas estas palabras. Entonces David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y se ciñó cada uno su espada y también David se ciñó su espada; y subieron tras David como cuatrocientos hombres, y dejaron doscientos con el bagaje.

En este momento se determina enviar a este Nabal, la otra cara de la Palabra de Dios, la espada del Espíritu, que puede traer el arado del alma, las maldiciones en la vida, juicios para que esta persona se ablande y abra su corazón a Dios, con el propósito de que no pierda su alma en el infierno eterno, ya que Dios sí es consciente de lo terrible de esa situación y no escatimará nada por amor a nosotros, ya demostrado en la entrega de sí mismo en la cruz.

La reacción en la persona que ha sido predicada con la Palabra poderosa y viva que es Cristo, comienza a experimentar cómo va por dentro de la mente como llama de fuego, trayendo al pensamiento la situación de muerte espiritual de la persona, derrumba todo el edificio de argumentos y de doctrinas y tradiciones que no se sostienen y dejan el espíritu sin soporte para que desee la presencia del Espíritu de Dios.

El Nabal de cada historia, desecha en un principio la propuesta de Dios, pero luego su alma, su tierra, que está seca y que ha visto la semilla de la vida en la Palabra de Dios por su propio espíritu, comienza a buscar la Verdad, y la Verdad está en Cristo.

Pero uno de los criados dio aviso a Abigail mujer de Nabal, diciendo: He aquí David envió mensajeros del desierto que saludasen a nuestro amo, y él los ha zaherido.

Uno de los ángeles de Dios avisa al alma Abigail en el espíritu, para que recibiese la visita de parte de Dios, el mensaje de Cristo. La persona en cuestión ahora está preparada para recibir de nuevo la visita de un hermano en Cristo.

Y aquellos hombres han sido muy buenos con nosotros, y nunca nos trataron mal, ni nos faltó nada en todo el tiempo que anduvimos con ellos, cuando estábamos en el campo. Muro fueron para nosotros de día y de noche, todos los días que hemos estado con ellos apacentando las ovejas.

Los que son soldados de Cristo, buenos son con los hombres, tratan bien a su prójimo, son hospedadores, comparten, muro en oración son para los demás.

Ahora, pues, reflexiona y ve lo que has de hacer, porque el mal está ya resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan perverso, que no hay quien pueda hablarle.

Ahora arrepiéntete y reflexiona, porque la ira de Dios está sobre los que le aborrecen, y el corazón del hombre insensato no recibe la corrección.

Entonces Abigail tomó luego doscientos panes, dos cueros de vino, cinco ovejas guisadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo en asnos. Dijo a sus criados: Id delante de mí, y yo os seguiré luego; y nada declaró a su marido Nabal. Y montando un asno, descendió por una parte secreta del monte; y he aquí David y sus hombres venían frente a ella, y ella les salió al encuentro.

La parte secreta del monte es la oración en la intimidad de la presencia de Dios buscada por las personas que abren el corazón ante Él. Ahora el alma está abierta y reconoce que lo que tiene es del Señor, da pues para la provisión de los enviados, o sea, les reconoce como que son enviados de Dios y que la Palabra que tienen es de Dios.

Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha vuelto mal por bien. Así haga Dios a los enemigos de David y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que fuere suyo no he de dejar con vida ni un varón.

El Señor enojado de que no se le reconozca como Quien nos da las bendiciones, la protección, el conocimiento de Él y la prosperidad. Cuando la gente le aborrece, solo tiene que dejar al soberbio en manos del mundo, y sin Su protección, poco dura la fuerza del hombre sin Dios en un mundo que era nuestro y que hemos entregado a la serpiente, a Satanás, el acusador de nuestras conciencias.

Y cuando Abigail vio a David, se bajó prontamente del asno, y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra; y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva. No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú enviaste.

Cuando el alma del que ha sido predicado, siempre que reciba al Señor, ve venir a Jesús en los hermanos que le predicaron que ahora vienen a traerle la noticia de que será entregado y estará bajo la ira de Dios, se postra, se humilla ante Cristo y le pide que no tenga en cuenta a Nabal, su carne, su mente que ha sido del mundo y que no conocía de Dios nada. Reconoce esta persona que era insensata.

Ahora pues, señor mío, vive Dios, y vive tu alma, que Dios te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor. Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los hombres que siguen a mi señor.

Ahora, Señor quede patente que he reconocido a los que vienen de Tu parte y que han traído Tu Palabra para que yo reciba la Vida eterna por Tu obra, que vives para siempre y por lo tanto Abigail encontró gracia en los ojos de Dios y en David como humilde, sencilla, y sobre todo temerosa a Dios.

Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Dios de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Dios, y mal no se ha hallado en ti en tus días.

Perdona mis pecados por Tu sangre, y Tu harás casa estable en mi alma para habitar en ella como templo del Dios vivo que somos, porque Tu peleas las batallas de Dios sacando a todo demonio de mi alma porque Tu eres el Rey de reyes y el Señor de señores, por lo tanto mi alma sea Tu casa en santidad.

Aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de mi señor será ligada en el haz de los que viven delante de Dios tu Dios, y él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda.

Aunque Satanás se levante para que Tu vida sea entregada en la cruz por mí, Tu vida estará delante de Yahweh y la vida del que es la muerte será arrojada al infierno.

Y acontecerá que cuando Dios haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te establezca por príncipe sobre Israel,

Cuando seas llevado al trono de la gloria, ya que así lo dice la profecía al decir que David será Rey de Israel por cuanto nuestro señor haya gracia en David también nosotros tenemos que agradar a Dios.

Entonces, señor mío, no tendrás motivo de pena ni remordimientos por haber derramado sangre sin causa, o por haberte vengado por ti mismo. Guárdese, pues, mi señor, y cuando Yahweh haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.

Entonces estarás contento de ver el fruto de la aflicción de Tu alma por todos aquellos que se han salvado por Tu obra. No tendrás remordimientos y estarás en paz reinando eternamente.

Y dijo David a Abigail: Bendito sea Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano. Porque vive Dios de Israel que me ha defendido de hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, de aquí a mañana no le hubiera quedado con vida a Nabal ni un varón. Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y te he tenido respeto.

Benditos somos de parte de Cristo por haberle recibido porque de cierto el mal estaba determinado sobre la humanidad como en los días de Noé, donde Dios se arrepintió de haber creado al hombre a Su imagen, con una mente y un espíritu capaz de casarse con Él, porque el hombre lo ha utilizado para aumentar su carnalidad y su esclavitud a lo mortal y perecedero, a los placeres temporales en este pasaje observamos a una mujer virtuosa, llena del espíritu de Dios, capaz, con discernimiento escogida por Dios para salvar a David y evitar que cometiera, pecado ante los ojos de nuestro señor.

Y Abigail volvió a Nabal, y he aquí que él tenía banquete en su casa como banquete de rey; y el corazón de Nabal estaba alegre, y estaba completamente ebrio, por lo cual ella no le declaró cosa alguna hasta el día siguiente.

Nabal, la carne, la mente cegada por lo mundano, está alegre en su necedad, pero al amanecer, al reflexionar, se encuentra reconociendo que ha vivido sin Dios y le duele, desfallece.

Pero por la mañana, cuando ya a Nabal se le habían pasado los efectos del vino, le refirió su mujer estas cosas; y desmayó su corazón en él, y se quedó como una piedra. Y diez días después, Dios hirió a Nabal, y murió.

A los diez días muere el hombre viejo por el nuevo nacimiento del Espíritu de Dios en el creyente. Aquellos que hemos vivido esto, o que hemos visto cambiar a otras personas, podemos dar testimonio de que la persona que recibe a Cristo ya no es como era antes, es una nueva criatura en Cristo.

Luego que David oyó que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea Dios, que juzgó la causa de mi afrenta recibida de mano de Nabal, y ha preservado del mal a su siervo; y Dios ha vuelto la maldad de Nabal sobre su propia cabeza.

Su propia cabeza, porque ahora su cabeza es Cristo.

Después envió David a hablar con Abigail, para tomarla por su mujer.

Una vez que Cristo ve que hemos muerto a nuestro hombre viejo y lo confirmamos con el bautismo, nos toma por esposa para las bodas del Cordero. Todo el Antiguo Testamento lleva Dios llamándose esposo nuestro.

Y los siervos de David vinieron a Abigail en Carmel, y hablaron con ella, diciendo: David nos ha enviado a ti, para tomarte por su mujer. 41Y ella se levantó e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, que será una sierva para lavar los pies de los siervos de mi señor. Y levantándose luego Abigail con cinco doncellas que le servían, montó en un asno y siguió a los mensajeros de David, y fue su mujer.

Heme aquí señor, mi alma es tu esposa, me caso contigo, y también recibo como hermanos a tus siervos que traen Tu paz, y mi vida será tu sierva para lavar los pies de los que son tu pueblo por la Palabra y por la exhortación con amor a mis hermanos.

También tomó David a Ahinoam de Jezreel, y ambas fueron sus mujeres. Porque Saúl había dado a su hija Mical mujer de David a Palti hijo de Lais, que era de Galim.

Así como Abigail representa la esposa salvada del pecado, Ahinoam es de Jezreel que significa "Dios siembra o esparce" nos lleva al llamado valle de Jezreel, nombre que en Griego es Esdraleón, llanura de Meguidó es decir Armagedón, o sea la victoria de Dios en la batalla final por la humanidad. Y sigue el Texto con que la hija de Saúl no le fue dada a David, la hija es el proyecto que tuvo Saúl de servir a Dios y lo abandonó, por esto David fue nombrado Rey de Judá y de Israel. Cristo Rey de reyes.

Autores:

YOVANY ESAÚ RODRÍGUEZ SOLANO

LUIS EDUARDO CHÁVEZ DURAN

LOURDES LISSETH PEREZ ARGUETA

JAIME FELIX FLORES

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